“En esta perspectiva, los animo a poner la mirada en todos aquellos que hoy son excluidos y marginados por la sociedad, aquellos que no cuentan para la mayoría y son postergados y arrinconados”
Resalto esta frase del Papa, porque es una invitación clara a la aceptación, a la comprensión de todas las personas. Es importante no cerrarnos en nuestro propio círculo por más calidad de vida que tengamos, siempre debemos mirar a los demás como nuestros hermanos y no rechazarlos por el simple hecho de que no gozan con las mismas facultades económicas y sociales que nosotros. Es precisamente lo que Francisco quiere, que desde nuestra condición seamos un apoyo para que logremos la igualdad que tanto anhelamos.
“Y, por favor, les pido que escuchen a los pobres, a los que sufren. Mírenlos a los ojos y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y sus manos suplicantes. En ellos se aprende verdaderas lecciones de vida y de humanidad, de dignidad.”
En esta cita, podemos ver el valor tan importante que el sumo pontífice da a las clases más bajas de la sociedad actual, y con ello nos invita a hacer reconocimientos de lo que pueden aportarnos como personas. Más allá de su bolsillo, su trae factores demasiado importante que pueden no llegan a compararse con altas cantidades de dinero, es decir, en el ámbito de lo humano, valores como la solidaridad, el respeto y el amor no tienen un valor monetario comparable. Es con ese tipo de personas que se logra descubrir el sentido de la vida, y como teniendo poco se puede tener mucho.
“Y tienes razón, la violencia engendra violencia, el odio engendra más odio, y la muerte más muerte. Tenemos que romper esa cadena que se presenta como ineludible, y eso sólo es posible con el perdón y la reconciliación concreta.”
El mensaje es claro, como
seres sentimentales siempre queremos devolver exactamente lo mismo que la otras
personas nos dan, no nos importan si el hecho es negativo. Eso es lo que
debemos dejar atrás, por más dolor e ira que nos cause el otro no debemos hacer
lo mismo, ya que eso se transforma en una gran cadena que en vez de calmar la
situación la agravaba; para solucionar esos malos sentimientos el Papa nos dice
que la única manera es el perdón, solo cuando estamos dispuestos a tolerar y comprender
los errores del otro es que realmente obramos para conseguir la paz.
“Aun cundo perduren los conflictos, violencia o sentimientos de venganza, no impidamos que la justicia y la misericordia se encuentren en un abrazo que asuma la historia de dolor de Colombia.”
Esta frase, alienta a la
esperanza que debemos tener como miembros de nuestro país, aunque puede
referirse a cualquier sector social. Nos invita a mantener la fe, a pensar que
aunque las circunstancias sean las peores, fomentemos los valores y que cada
quien tenga lo que merece, y que a pesar de las dificultades que hemos tenido
como nación, si buscamos el buen camino, la misericordia de Dios estará más
cercana, aun cuando él siempre ha estado con nosotros.
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